En una declaración conjunta el sábado, los prelados dijeron que Israel no debería usar la Biblia para justificar sus "injusticias" contra los palestinos.
Los obispos emitieron el comunicado al cabo de una reunión de dos semanas convocada por el papa Benedicto XVI para discutir la situación de los cristianos en el Oriente Medio, la región donde se originó su religión.
La declaración condena el terrorismo y el antisemitismo en todas sus formas y expresa esperanzas de que Jerusalén algún día adquiera el carácter que le corresponde como lugar sagrado para cristianos, judíos y musulmanes.
La Iglesia Católica ha sido desde hace tiempo una presencia minoritaria en la región mayormente musulmana, pero su presencia se reduce cada día más como resultado de guerras, conflictos, discriminación y problemas económicos.
Aunque los obispos condenaron el terrorismo y el antisemitismo, achacaron a Israel gran parte de la culpa por el conflicto.
Enumeraron la "ocupación" de territorios palestinos, la barrera israelí de separación con Cisjordania, sus puestos de control militares, los presos políticos, la demolición de viviendas y la perturbación socioeconómica de la vida de los palestinos como factores que han dificultado cada vez más la vida de los palestinos.
Dijeron haber "reflexionado" sobre el sufrimiento e inseguridad en que viven los israelíes y la situación de Jerusalén, una ciudad sagrada para cristianos, judíos y musulmanes.
"Estamos preocupados por las iniciativas unilaterales que amenazan su composición y que arriesgan a cambiar su equilibrio demográfico", dijeron.
Pidieron a la comunidad internacional que aplique las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU adoptadas en 1967 que disponen que Israel se retire de los territorios árabes conquistados en la guerra de ese año.
"El pueblo palestino tendrá así una patria independiente y soberana en la que pueda vivir con dignidad y seguridad", dijeron, mientras Israel será capaz de disfrutar de paz y seguridad.
(Fuente: AP)