CABECERA

Muere Chile Obispo defensor derechos humanos

Sergio Valech fue víctima cáncer pulmonar tenía 83 años

Santiago.- El obispo chileno Sergio Valech, que murió este miércoles a los 83 años, fue un símbolo de la lucha en la defensa de los derechos humanos y lideró a un gran sector de la Iglesia Católica que desafió a la dictadura de Augusto Pinochet bajo la cual fueron ejecutados cinco sacerdotes.

Valech murió en Santiago, en la residencia eclesiástica donde vivía, víctima de un cáncer pulmonar, informó la Iglesia.

El presidente Sebastián Piñera lamentó la muerte del sacerdote y su gobierno declaró duelo oficial por dos días.

"Lamento profundamente la muerte de monseñor Valech. Su coraje, valentía y ejemplo quedarán grabados en nuestros corazones", aseguró el jefe de Estado.

Valech, obispo emérito de la arquidiócesis de Santiago, dirigió entre 1987 y 1992 la Vicaría de la Solidaridad, órgano creado por la Iglesia chilena para asistir a las víctimas de la dictadura de Pinochet (1973-1990), que dejó un saldo de más de 3.000 muertos o desaparecidos y 30.000 personas objeto de torturas o prisión política.

La Vicaría sucedió al Comité de Cooperación para la Paz, que la Iglesia había creado a inicios de la dictadura para ayudar a los perseguidos, pero que debió cerrar por presiones del régimen.

La Vicaría de la Solidaridad, que inició sus funciones el 1 de enero de 1976, entregó ayuda judicial, material y espiritual a los familiares de las miles de víctimas de la represión a lo largo de la dictadura e incluso cuando ésta terminó en 1990.

"Valech fue la voz de los que no teníamos voz", evocó este miércoles Viviana Díaz, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

"La Vicaría jugó un papel muy importante en la vida del país. Miles de chilenos estamos muy agradecidos del rol que jugó la Iglesia en esa época oscura", agregó.

En 2003, con 13 años ya de democracia activa, Valech lideró la Comisión sobre Prisión Política y Tortura -conocida como Comisión Valech-, que emitió un informe con el testimonio de unas 30.000 personas que fueron objeto de torturas o prisión política durante el régimen de Pinochet.

El reporte complementó el Informe Rettig, que en 1991 cifró en un poco más de 3.000 los muertos y desaparecidos que dejó el régimen.

La Comisión Valech volvió a constituirse este año temporalmente para recoger el testimonio de personas que quedaron excluidas la primera vez y próximamente debe evacuar un informe con los nuevos casos.

Los historiadores coinciden en que pese a que hubo una parte de la jerarquía eclesiástica que apoyó la dictadura de Pinochet, su labor política de apoyo a los disidentes y a las víctimas de violaciones de derechos humanos fue decisiva, en un momento en que el gobierno tenía un control absoluto sobre la sociedad.

La lucha de la Iglesia chilena -que vio con buenos ojos el régimen socialista del socialista Salvador Allende, derrocado en 1973 por Pinochet- cobró la vida de cinco sacerdotes, dos de ellos españoles, uno chileno, uno francés y otro británico.

En septiembre de 1973 una patrulla militar arrestó y fusiló al sacerdote catalán Joan Alsina Hurtos, según testimonio del propio militar que lo hizo. Su cuerpo baleado apareció en una de las riberas del río Mapocho que cruza Santiago.

Le siguieron el sacerdote británico Michael Woodward y el chileno Gerardo Poblete, quienes murieron, víctimas de las torturas tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

El español Antonio Llidó desapareció en octubre de 1974 después de ser detenido por agentes de la dictadura. Finalmente en 1984 fue muerto el cura francés André Jarlan por policías que reprimían una protesta opositora.

(Fuente: AFP)