
En el folleto, de 35 páginas, se insta a "una educación pedagógica sexual" y a controlar la selección de los trabajadores.
El objetivo, según el arzobispo Hans-Josef Becker, es que "niños, niñas y jóvenes no sufran abusos sexuales", y la mejor forma de hacerlo es "la prevención sistemática".
El manual también plantea la creación de "estructuras transparentes y responsabilidades claras" para tratar los escándalos, así como una normativa clara para actuar en caso de violaciones o abusos de poder.
Esta última iniciativa de la Iglesia alemana se une al informe presentado la semana pasada por la diócesis de Munich, donde el propio Ratzinger fue obispo antes de ser enviado a la curia romana. En el mismo, se habla de casi 300 implicados, ninguno de los cuales fue condenado.
En este sentido, el cardenal Reinhard Marx aseguró que "la Iglesia alemana tendrá que trabajar para recuperar la confianza perdida".
De este modo, continúa la penitencia impuesta por Benedicto XVI a los obispos alemanes por los escándalos de abusos. Los compatriotas del Papa han reconocido que sus diócesis ocultaron durante décadas centenares de casos de pederastia. Obispos como el ex prelado de Ausburgo, Walter Mixa, fueron condenados por abusar de menores, y varias congregaciones admitieron prácticas delictivas en sus colegios.
Además, la línea telefónica de escucha a las víctimas registró más de mil casos comprobados.
(Fuente: publico.es)