Israel dejaría de ser odiado rival en Medio Oriente

Todos codician bendición divina, hasta Hezboláh quiere tajada

Por Charles Levinson y Guy Chazan
The Wall Street Journal

Tel Aviv.- Hace dos años, la firma local de energía Ratio Oil Exploration tenía cinco empleados y estaba valorada en medio millón de dólares.

En la actualidad, se encuentra en el centro de una bonanza de gas en la que quieren participar inversionistas, petroleras internacionales, políticos israelitas e incluso Hezbolá, el enemigo jurado de Israel.

La capitalización de mercado de Ratio se acerca hoy a US$1.000 millones. El auge de la empresa se debe a su participación de 15% en un yacimiento marino de gas llamado Leviatán, operado por Noble Energy, de Houston.

El miércoles, la locura se extendió: Noble confirmó sus previsiones anteriores de que el yacimiento contenía 16 billones (millones de millones) de pies cúbicos (450.000 millones de metros cúbicos) de gas, el mayor descubrimiento de gas en aguas profundas en diez años, con reservas suficientes para cubrir las necesidades de gas de Israel durante 100 años.

Noble y sus socios creen que el yacimiento puede transformar a Israel —un país precariamente dependiente de otros para cubrir sus necesidades energéticas— en un exportador neto de energía.

Esta transformación podría modificar el equilibrio geopolítico de Medio Oriente, dando a Israel una ventaja económica frente a sus enemigos.

Incluso antes del anuncio del miércoles, Leviatán y otros dos yacimientos más pequeños han desatado una ola especulativa.

El índice de energía de la Bolsa de Tel Aviv ha subido 1.700% en el último año. En los últimos meses, las acciones de energía representaron una cuarta parte de la actividad operativa de la bolsa, dominada antes por las compañías inmobiliarias.

También ha sacudido las relaciones regionales. Los legisladores de el Líbano están tratando de atraer a petroleras para explorar las aguas cercanas, mientras que ambos países —técnicamente aún en guerra— han lanzado amenazas mutuas sobre sus recursos marinos.

Además, se ha desatado un incidente diplomático entre Israel y EE.UU., debido al plan de el primero de elevar los impuestos a las compañías de energía, incluyendo Noble.

El descubrimiento de Leviatán y otros campos cercanos más pequeños también han dejado al descubierto un lado más oscuro del sector financiero de Israel. Una serie de investigaciones penales lanzadas por las autoridades israelitas sobre movimientos de precios de acciones y divulgación de datos corporativos han frenado el auge bursátil de algunas de las firmas del sector.

Salvo contadas excepciones en los primeros años de su fundación, Israel ha buscado energía en vano. Las grandes petroleras internacionales se mantuvieron al margen, temerosas de enojar a sus socios árabes e iraníes.

Un persistente grupo de compañías exploradoras israelitas siguieron insistiendo, entre ellas Ratio, fundada a principios de los años 90. Otra compañía, Delek Group Ltd., persuadió a Noble, una de las primeras compañías independientes en operar mar adentro en el Golfo de México, a comenzar a mirar en la zona del Mediterráneo frente a las costas de Israel.

Noble perforó su primer pozo israelí en 1999, y pronto hizo dos modestos descubrimientos. Firmas financieras y empresarios locales con escasa experiencia en el sector de energía comenzaron a obtener licencias de exploración marina del gobierno.

Ratio intentó participar en los proyectos de Delek y Noble, pero fue rechazada. En su lugar, sus dos fundadores, Yigal Landau y Ligad Rotlevy, invirtieron US$40 millones en una audaz apuesta por los derechos de licencia de las zonas adyacentes a los yacimientos de Noble y Delek, un área que acabaría convirtiéndose en el yacimiento Leviatán.

Con prometedores datos sísmicos en mano, ambos ejecutivos convencieron a Noble y Delek que compraran participaciones en el proyecto. Terminó vendiendo 45% a Delek y 40% a Noble.

En enero de 2009, Noble hizo un descubrimiento histórico. El yacimiento Tamar contenía gas de altísima calidad, casi metano puro, y aproximadamente el triple de lo esperado, nueve billones de pies cúbicos (250.000 millones de metros cúbicos). Dos meses después, la compañía descubrió otro depósito más pequeño en el yacimiento cercano Dalit.

Y a mediados de 2010, Noble soltó la bomba. Leviatán parecía ser supergigante, según los estudios sísmicos tridimensionales, con casi el doble de reservas de gas que Tamar.

Las acciones de Ratio y las de otras firmas de energía se dispararon en Tel Aviv, un hecho que llamó la atención a las autoridades reguladoras.

"Vimos a nuevas empresas, entidades con estructuras mínimas que nada tenían que ver con la energía, sin experiencia ni conocimientos, comprando y negociando licencias, haciendo afirmaciones sin fundamento", dijo el ministro de Industria, Comercio y Trabajo, Uzi Landau. "Decidimos que había que detener esta disparatada atmósfera que envolvía al mercado". Landau no comentó sobre compañías específicas.

En medio de toda la locura bursátil, el gobierno israelita comenzó a considerar la modificación, con carácter retroactivo, de su régimen fiscal y de regalías de la industria de energía, vigente desde la década de 1950, para aumentar los ingresos del Estado en cualquier descubrimiento de gas. Las petroleras, incluyendo Noble, pusieron el grito en el cielo.

La situación hizo derrumbarse las acciones de las empresas de energía. Pese a los problemas, los descubrimientos de gas de Israel han llamado la atención entre sus países vecinos. El Líbano reclama su parte de los yacimientos, lo cual ha sido rechazado por Israel. "El olor a gas en Israel ha vuelto loca a la gente", afirma el ministro Landau.

(Fuente: The Wall Street Journal)