Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI pidió hoy al gobierno de Costa Rica rechazar el narcotráfico, la delincuencia juvenil, la impunidad y las leyes que violan los derechos de los no nacidos mediante prácticas como el aborto.
Esto en un mensaje escrito dirigido al nuevo embajador de ese país ante El Vaticano, Fernando Felipe Sánchez Campos y entregado durante la presentación de las cartas credenciales del diplomático, en el Palacio Apostólico de Roma.
En el texto, el pontífice exhortó a todo el pueblo de Costa Rica a involucrarse en la lucha contra la pobreza, la violencia doméstica, el desempleo y la corrupción, procurando la justicia social, el bien común y el progreso integral de las personas.
Instó a las autoridades políticas a encabezar esa lucha como una “fuerza moral” que potencie la libertad y el sentido de responsabilidad de cada uno los ciudadanos, pero sin menoscabar los valores fundamentales de la inviolable dignidad humana.
“Es deseable que Costa Rica no viole los derechos de los no nacidos con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto”, apuntó al recordar el Pacto de San José, un acuerdo internacional que reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepción.
“Es importante que quienes están al frente (del país) no vacilen en rechazar con firmeza la impunidad, la delincuencia juvenil, el trabajo infantil, la injusticia y el narcotráfico”, insistió.
Además exhortó a los gobernantes a impulsar la seguridad ciudadana, la adecuada formación de niños y jóvenes, la debida atención a los encarcelados, la eficaz asistencia sanitaria para todos así como programas de vivienda digna y empleo decente.
El obispo de Roma calificó de primordial que las nuevas generaciones sepan que los conflictos no se ganan con la fuerza, sino acabando con la miseria, el analfabetismo, robusteciendo el estado de derecho y vigorizando la eficacia de los tribunales de justicia.
Según el Papa, para apuntalar la educación de los jóvenes es necesario fortalecer la estabilidad y la unión de la familia, una institución –dijo- que está sufriendo, quizás como ninguna otra, una acometida de transformaciones amplias y rápidas.
“Por consiguiente, nada de cuanto favorezca, tutele y apoye la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer será en balde”, ponderó.
(Fuente: uniradioinforma.com)