Sin mencionar el nombre ni lugar, Rodríguez reveló en el programa de televisión Frente a Frente que un sacerdote fue secuestrado en una parroquia rural, y liberado casi milagrosamente.
“El fue secuestrado, le robaron el vehículo, le llevaron andando por un monte, le dijeron que se tirara al suelo (...) en ese instante entró una llamada a uno de los teléfonos de los secuestradores y él escuchó el diálogo que ellos tenían diciendo pero no podemos dejar a este (…) y sin embargo les ordenaban que fueran a otro sitio (...) y el sintió que alguien lo desató y no había nadie allí, y así desatado pudo escaparse, esconderse en la montaña y así se liberó”.
El caso, explicó, ya es del conocimiento de las autoridades hondureñas.
En medio de la división que imperaba en Honduras tras la separación de "Mel", el cardenal jugó un papel preponderante al llamar a la unidad y conciliación nacional. De hecho, solicitó públicamente al ex presidente Zelaya, quien se encontraba fuera del país, no regresar a Honduras para evitar un derramamiento de sangre.
Rodríguez contó además que ha recibido insultos y que lo han llamado "golpista" por "pensar diferente".
Las amenazas de muerte, expresó, también han sido proferidas contra otros líderes de la iglesia Católica.
Mencionó el caso de una iglesia que ha sido saqueada en varias ocasiones. “Hay una parroquia de aquí de la ciudad que ya son cuatro veces que han sido víctimas no simplemente de robos, el robo es como diciendo ya ves podemos hacer lo que queremos contigo”.
En su mensaje de año nuevo, Rodríguez pidió a los hondureños encontrar la paz y olvidarse de la división que dejaron los hechos del 28 de junio de 2009.
El cardenal dijo que, pese a los atentados y las amenazas, se siente "tranquilo" y no asustado gracias a su fe.
El año pasado, en septiembre, fue encontrado un orificio de bala en la ventana de la oficina del cardenal hondureño, ubicada en el palacio arzobispal, en pleno centro de Tegucigalpa.
En noviembre, el prelado hondureño fue atacado con huevos y bolsas de agua cuando inauguraba un templo en el barrio Óscar Flores de Tegucigalpa.
A quienes cometen este tipo de acciones, Rodríguez les dijo que "están en el peor camino, no es por allí donde se puede comenzar una nueva Honduras para hacer una Honduras mejor, debemos aprender a respetarnos y no pensar que la ideología del pensamiento único nos va a llevar a la liberación”.
El cardenal hondureño fue considerado uno de los "papables" tras la muerte del papa Juan Pablo II, ocurrida en 2005.
(Fuente: elheraldo.hn)
