Proliferan las religiones, las sectas y miles de falsos profetas que juran poseer la verdad absoluta y llegan a engañar a muchos, en especial a aquellos que tienen sed de Dios y en su busqueda sincera son seducidos por cánticos de sirenas y falsas promesas de vida eterna.
Pero, cómo saber cuales son los escogidos?
Lo primero q

Ahora, la pregunta que se impone es: ¿Somos iglesia del Señor o templos del error?.
Si tu fe es sincera, debes procurar el sello de Cristo en tu vida, mirarte en el gran espejo del Maestro y asegurarte de cumplir su voluntad para contigo.
Y luego de eso, si escudriñas la Palabra sabrás que es fácil identificar a la verdadera iglesia, pues ésta sigue estas sencillísimas reglas:
1- Predica a Cristo como único y suficiente salvador (Hechos 4:12).
2- Mantiene sus ojos puestos en Jesús, no en los hombres (Hebreos 12:2).
3- Vive lo que predica (Santiago 1: 19-27), y el amor al prójimo es su sello (1era Corintios 13).
4- Es constante en la oración, en sus diezmos, ofrendas y limosmas.
5- La verdadera iglesia no basa su fe en dogmas ni reglas humanas, antes bien se preocupa en
presentarse digna y aprobada ante Dios como obrero que no tiene de qué avergonzarse (2da
Timoteo 2: 15).
6- Está siempre gozosa y hace todo para gloria de Dios (1era corintios 10:23-33)
7- Aun en la adversidad se yergue victoriosa (Romanos 8.28-38)
Más tú que quieres ir al cielo:
1- Despojate del viejo hombre y vive la nueva vida (Efesios 4:17-32).
2- Procura andar como hijo de la luz (Efesios 5:1-20).

3- Ora y vela para que mueran en tí las obras de la carne y sea tu naturaleza sea moldeada
conforme al Espíritu Santo (Romanos 8.1-26).
4- Pelea como buen soldado de Jesucristo, vence al mal con el bien, revestido con la armadura de Dios (Efesios 6:10-20).
5- Y por último mantén firme tu fe en Cristo hasta el fin y toma al pie las palabras de Jesús "sé
fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10).
Si tomas estas recomendaciones en cuenta, no tengas preocupación por nada, pues sin lugar a dudas, serás miembro del gran ejercito de Dios que vivirá eternamente al lado del manso Rabí de Galilea. Dios te bendiga.