“Es el medio que Dios me ha dado para hablar del Señor Jesús”. La aclimatación a una España laicista y al embrollado esquema de Pellegrini han alterado los planes del brasileño en Madrid. Y los de su esposa, elegida para sublimar la fama de su marido y fundar una iglesia de Renacer en la capital del reino.
Kaká vaga por el Bernabéu con la mente puesta en el desierto. “Siempre tiene la Biblia en la cabeza”, revela Jorge Fernández, director de Comunicación de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Fever). Los silbidos, tímidos y al acecho, acompañan al mediapunta en sus meditaciones de cada domingo. “Él siempre dice que el fútbol es su ministerio, el medio que Dios le ha dado para poder hablar del Señor Jesús a todos”, confiesa Jaime Fernández.
La vida de Ricardo Izecson dos Santos Leite (nacido en Brasilia, 1982) parece diseñada por el cartabón del determinismo. Acunado en el seno de una familia burguesa, este efebo alto, blanco entre mestizos y dotado de virtuosismo futbolístico entabló relación con Dios como tantos otros: por agradecimiento.
Según el capellán del vecino Atlético de Madrid, el celebérrimo padre Daniel, “Kaká había mamado la religiosidad desde pequeño, pero la influencia de su mujer (Caroline Celico) fue decisiva para que se implicara en su iglesia. Digamos que se juntaron el hambre y las ganas de comer”. Dicho y hecho. El brasileño emuló a Kant en cuanto a Schopenhauer y consideró su exitosa existencia como un todo, en lugar de separar la realidad de las apariencias. Fútbol y fe debían ir de la mano en una vida verdadera.
Las motivaciones de Kaká al pisar España eran, cuando menos, ambiguas. “Su llegada supone un enorme atractivo para nuestra comunidad, especialmente para los niños. Yo soy pastor y se nota la ilusión de los niños en los campamentos. No hay uno que no admire a Kaká”, indica Jorge Fernández. “Nos sienta muy bien que esté aquí. Valoramos muy positivamente su llegada para los jóvenes evangélicos y la juventud en general.
Tiene valores y es muy útil como ejemplo para los jóvenes que sufren crisis de fe. Éste es un efecto positivo y contrastable”, agrega. El pastor del futbolista, por su parte, admite que “una de sus misiones en Madrid es difundir el mensaje de Dios”.
Por eso celebramos la llegada de Kaká, por su compromiso y porque él siempre habla de su fe. La tiene muy interiorizada y choca, porque a la gente no le gusta hablar de sus creencias aquí, no está acostumbrada a ello. Es muy bueno para no recluir a la religión a un ámbito privado”, añade el director de Comunicación de Fever. Según ha trascendido, la iglesia Renacer en Cristo encargó a Caroline Celico la fundación de una sede en Madrid, algo que el futbolista ha desmentido. El propósito era atraer a los 40.000 evangélicos que viven en la capital.
Por lo pronto, Kaká parece determinado a triunfar en su trabajo, el Real Madrid, para que todo fluya de forma natural, si Dios quiere. “Cuando se retire, a Ricardo le gustaría ser predicador, como lo es su mujer, aunque ahora le faltan conocimientos”. Y el futbolista remata: “Mi futuro pertenece al Señor, quiero hacer siempre aquello que es la voluntad de Dios para mi vida”.