Si uno piensa en religión en China, probablemente piensa en Budismo o Taoísmo. Pero el Cristianismo está en auge como nunca antes.
Por Christopher Landau
BBC, China
BBC, China
Muchas de las restricciones a la libertad de culto que se originaron en la Revolución Cultural de los '60 fueron levantadas, dando paso a un grado sorprendente de apertura y libertad religiosa.
Tanto las iglesias católicas como las protestantes autorizadas por el Estado han experimentado unos niveles de crecimiento que pocos habrían predicho en la década de los '80.
La Iglesia protestante china hace alarde de 20 millones de feligreses, y los chinos católicos se cuentan en 10 millones, aunque no hay que olvidar que entre 1.500 millones de habitantes, son una gota en un río.
Además, se trata de fieles dispuestos a pertenecer a las iglesias aprobadas por el Partido Comunista. Y, aunque en los últimos tiempos millones de chinos ha escogido esta opción, muchos otros forman parte de iglesias clandestinas no registradas.
El gobierno no cree en Dios
En la Academia China de Ciencias Sociales, entre tanto, los intelectuales se dedican a analizar la fe desde otra perspectiva.
Además de invertir en el desarrollo de la religión, el gobierno también financia el estudio de ésta como fenómeno social.
El profesor Xhuo Xinping lidera un equipo de más de cien investigadores que están explorando si en la historia Occidental hay un vínculo entre la prosperidad económica y el protestantismo, y cómo se puede beneficiar de ello la China contemporánea.
"Nuestros economistas mantienen discusiones muy interesantes sobre la ética protestante y el espíritu calvinista.
Es muy importante desvelar el secreto del desarrollo social de una cultura". Desde ese punto de vista, la religión podría contribuir al desarrollo económico de China -una hipótesis que se examina en este centro de estudios comunista, sin señales de que haya ninguna contradicción entre los postulados.
Pero, ¿qué fue del compromiso del Comunismo con el ateísmo?
Respecto a la pregunta de si Dios existe, el Partido Comunista Chino cree que no", aclara Wang.
El gobierno invierte en el desarrollo de la fe cristiana, algo impensable durante tres décadas. Pero ahora al percibir como positiva la influencia social de las obras de caridad cristianas, está a la espera de que la religión traiga armonía.
(Fuente: BBC Mundo)