CABECERA

Decifrando el orígen del Halloween

Pagamísmo Celta nos arrastra. ¿Hacia donde?

Aquí no nos gastamos la obscenidad de dinero que destinan los estadounidenses a su fiesta más macabra y con más sentido del humor, pero es cada vez más frecuente verse arrastrado a celebrar aquí y allá este anual festival del terror.

Madrid.- Abundan esqueletos y hombres-lobo, pero también triunfan las grandes excentricidades del momento al estilo Lady Gaga. Tan surrealista puede ser el 31 de octubre que muchas veces parece importado no de Estados Unidos, sino de otro planeta.

Esto es porque el Halloween de hoy ha dado mil vueltas hasta convertirse en lo que es. Es más, es mucho más europeo que americano, puesto que tiene su origen en prácticas ancestrales celtas, fiestas romanas, rituales religiosos cristianos y tradiciones folclóricas europeas que a lo largo de los siglos se han ido fundiendo en una sola fiesta.

Difusamente anclado entre el otoño y el invierno, entre la tradición y la superstición, Halloween siempre ha sido el día en que los muertos volvían a la tierra. Por eso los celtas encendían grandes hogueras y se ponían disfraces para ahuyentar así a los temidos fantasmas.

Tanto ellos como los inmigrantes irlandeses que desembarcaron en América en el siglo XIX se tomaban muy en serio este día, pero no sería hasta el siglo XX cuando perdería toda connotación religiosa y se convirtiera poco a poco en una fiesta más secular orientada a los niños.

Ésta es la historia detrás de las tradiciones que han llegado a nuestros días:

-Los siniestros disfraces: sus raíces son celtas y europeas, y se fraguaron en los primeros siglos de la era cristiana. Además de para asustar a los muertos, la gente se ponía máscaras al salir de casa para que los fantasmas les confundieran con otros espíritus.

-El trick-or-treating (Dulce o truco): esta costumbre empezamos también a importarla de EEUU. Allí, el día de Halloweeen, todos los niños van de casa en casa pidiendo a sus vecinos chocolates y dulces («¿broma o golosinas?», preguntan). Probablemente tiene su origen en los desfiles del día de los muertos en Inglaterra, durante los cuales los pobres recibían unos pastelillos llamados 'almas' a cambio de rezar por los muertos de sus benefactores. También se cree que en la antiguedad se ponían dulces fuera de las casas para que los espíritus no estuvieran tentados a entrar.

-La talla de calabazas: es una tradición que proviene de la fiesta de los muertos celta, el Samhain, donde se tallaban no sólo calabazas sino todo tipo de verduras y frutos secos.

Y luego están las velas, las telas de araña, todo el candy, los trajes de zombis o de Thriller... El aprovisionamiento para celebrar ese día es más que exagerado en Estados Unidos y, por supuesto, no es producto de tradiciones históricas sino de su consumismo exacerbado. Son nada menos que 2.500 millones de dólares los que se calcula que los estadounidenses se gastan cada año en conmemorar a los muertos.

(Fuente: ocholeguas.com)