Teherán.- Un hermético silencio rodea al gobierno de Irán en torno al caso del pastor evangélico Yousef Nadarkhani, arrestado en octubre del año pasado y quien luego de ser juzgado, hallado culpable de proselitismo cristiano y condenado a la pena capital, aguardaba la hora de su ejecución señalada para este 24 de octubre.
Transcurrió la fecha y ni la prensa escrita o los medios electrónicos ha dicho nada sobre el tema, quizá por temor a la censura impuesta a los medios por el régimen islámico de Teherán que la pasada semana habló de cerrar cualquier medio que divulgase información sobre opositores del gobierno o sus contrarios religiosos.
Christian Press International ha intentado en vano obtener algún tipo de información de si fue ejecutada o no la sentencia sobre el pastor de una gran comunidad evangélica quién, junto a su esposa y otros líderes condujo a miles de musulmanes a Cristo.
“Nada se ha sabido, aquí nadie habla de eso”, dijo a CPI una fuente que quiso mantenerse anónima.
Alemania y otros países, así como también organizaciones de derechos humanos y cristianas de todo el mundo han intentado convencer al gobierno de que suspendiera la ejecución y pusiera en libertad al pastor y a su esposa. Hasta ayer sábado nada se había logrado.
La justicia de Irán ha demostrado ser bastante radical, se recuerdan las frecuentes ejecuciones a narcotraficantes y delincuentes comunes colgados en lugares públicos y el caso reciente de un joven al que le fue amputada la mano por robarse unos chocolates.
En tanto, el mundo cristiano está en ascuas, en espera de noticias sobre el destino de Yousef Nadarkhani quién estaba presto a ser martirizado.
(Fuente: CPI)