Ya nada será igual, ni los mineros, ni los chilenos
Copiapó.- Los 17 millones de chilenos se paralizaron hoy para seguir el rescate de los 33 mineros y que apunta a convertir en fiesta nacional lo que comenzó como una tragedia, hace 69 días, cuando toneladas de rocas cayeron sobre los operarios en la mina San José, en la desértica Copiapó, 850 kilómetros al norte de Santiago.
Millones de ojos y corazones esperan que emerja desde las tinieblas Florencio Avalos, el primer trabajador que será rescatado, para que comiencen los festejos que están agazapados en todo Chile, no exentos de ansiedad por el rescate y el destino de 33 trabajadores aún en las tinieblas.
Durante las horas del rescate las calles de muchas ciudades estaban casi desiertas, todos comentando el tema minero y millones con la vista fija ante las pantallas de televisión, que tuvo sintonías inéditas, proporcionada por una señal oficial.
En la Catedral metropolitana de Santiago comenzó, al anochecer, una vigilia que no se detendrá hasta que salga el último de los mineros que sobreviva a la tragedia.
En Copiapó, donde viven 150.000 habitantes, hubo un embanderamiento de todas las casas, se instalaron pancartas de bienvenida y guirnaldas de luces multicolores en las calles. Mañana no habrá clases en liceos ni colegios de Copiapó para despejar las calles y facilitar el paso de las ambulancias que transportarán a los mineros.
“Esta debe ser una fiesta de unión para todos”, dijo el alcalde de Copiapó Maglio Cicardini.
"Estamos felices. Todo es una vorágine y la gente está consciente de que nunca se vivirá algo igual porque esta es una historia única. Todos quieren verlos y estar cerca de los 33 mineros”, agregó el alcalde.
Varias calles de los barrios de Copiapó, donde habitan la mayor parte de los mineros, serán nuevamente cerradas el fin de semana porque los vecinos ya organizaron fiestas masivas.
El orgullo de los chilenos por este rescate lo graficó el empresario Felipe Cubillos, gestor del programa “Desafío, levantemos Chile”, al escribir en el diario La Segunda que “mañana le mostraremos al mundo lo que somos y de qué madera estamos hechos”.
La ansiedad de todos persistirá hasta mañana cuando, posiblemente, culmine el rescate de los 33 operarios y surja entonces la felicidad plena de una tarea cumplida que cambió una tragedia en epopeya.
Todo apunta a una alegría sólo comparable al estallido del 22 de agosto pasado cuando desde el fondo de la mina emergió un papel con el mensaje: “estamos bien en el refugio los 33”.
Una encuesta del centro de estudios sociales de la Universidad Central, reveló que el 61,7% de los chilenos cree que cuando sean rescatados los 33 mineros debieran guardarse algunas cosas privadas y exponerse poco a los medios de comunicación.
“Hay cosas que no se pueden hacer públicas, no obstante que la gente vinculada emocionalmente a los hechos considere que la vida de los mineros en su reclusión ha pasado a ser propiedad de todos”, comentó Luis Andrés Montero, de la escuela de sociología de la Universidad Central.
La muestra reveló también que un 79,7% de los chilenos cree que ha habido un aprovechamiento de la imagen de los 33 mineros por parte de los medios de comunicación.
Lo cierto es que ni los 33 mineros ni tampoco los chilenos volverán a ser iguales a antes de la odisea, como expresó el presidente Sebastián Piñera.
“Ni los mineros van a ser los mismos cuando salgan de las entrañas de la tierra a como eran cuando quedaron atrapados, ni Chile tampoco va a ser el mismo”, aseveró el mandatario.
“Los chilenos que los vamos a acoger tampoco vamos a ser los mismos. Hemos aprendido una lección dura y difícil: que enfrentando la adversidad con unidad, fe, voluntad, coraje y ayuda de Dios somos capaces de hacer grandes cosas”, subrayó.
Para los analistas políticos, la historia de los 33 mineros se convertirá en el hecho político más relevante de la presidencia de Sebastián Piñera, marcada por este suceso de final hasta hoy feliz.
Antes de esta odisea, el gobierno de Piñera estaba marcado por la tragedia ocasionada por el terremoto y maremoto del 27 de febrero que dejó más de medio millar de muertos y desaparecidos y millonarios daños materiales.
(Fuente: abc.com.py)
Copiapó.- Los 17 millones de chilenos se paralizaron hoy para seguir el rescate de los 33 mineros y que apunta a convertir en fiesta nacional lo que comenzó como una tragedia, hace 69 días, cuando toneladas de rocas cayeron sobre los operarios en la mina San José, en la desértica Copiapó, 850 kilómetros al norte de Santiago.
Millones de ojos y corazones esperan que emerja desde las tinieblas Florencio Avalos, el primer trabajador que será rescatado, para que comiencen los festejos que están agazapados en todo Chile, no exentos de ansiedad por el rescate y el destino de 33 trabajadores aún en las tinieblas.
Durante las horas del rescate las calles de muchas ciudades estaban casi desiertas, todos comentando el tema minero y millones con la vista fija ante las pantallas de televisión, que tuvo sintonías inéditas, proporcionada por una señal oficial.
En la Catedral metropolitana de Santiago comenzó, al anochecer, una vigilia que no se detendrá hasta que salga el último de los mineros que sobreviva a la tragedia.
En Copiapó, donde viven 150.000 habitantes, hubo un embanderamiento de todas las casas, se instalaron pancartas de bienvenida y guirnaldas de luces multicolores en las calles. Mañana no habrá clases en liceos ni colegios de Copiapó para despejar las calles y facilitar el paso de las ambulancias que transportarán a los mineros.
“Esta debe ser una fiesta de unión para todos”, dijo el alcalde de Copiapó Maglio Cicardini.
"Estamos felices. Todo es una vorágine y la gente está consciente de que nunca se vivirá algo igual porque esta es una historia única. Todos quieren verlos y estar cerca de los 33 mineros”, agregó el alcalde.
Varias calles de los barrios de Copiapó, donde habitan la mayor parte de los mineros, serán nuevamente cerradas el fin de semana porque los vecinos ya organizaron fiestas masivas.
El orgullo de los chilenos por este rescate lo graficó el empresario Felipe Cubillos, gestor del programa “Desafío, levantemos Chile”, al escribir en el diario La Segunda que “mañana le mostraremos al mundo lo que somos y de qué madera estamos hechos”.
La ansiedad de todos persistirá hasta mañana cuando, posiblemente, culmine el rescate de los 33 operarios y surja entonces la felicidad plena de una tarea cumplida que cambió una tragedia en epopeya.
Todo apunta a una alegría sólo comparable al estallido del 22 de agosto pasado cuando desde el fondo de la mina emergió un papel con el mensaje: “estamos bien en el refugio los 33”.
Una encuesta del centro de estudios sociales de la Universidad Central, reveló que el 61,7% de los chilenos cree que cuando sean rescatados los 33 mineros debieran guardarse algunas cosas privadas y exponerse poco a los medios de comunicación.
“Hay cosas que no se pueden hacer públicas, no obstante que la gente vinculada emocionalmente a los hechos considere que la vida de los mineros en su reclusión ha pasado a ser propiedad de todos”, comentó Luis Andrés Montero, de la escuela de sociología de la Universidad Central.
La muestra reveló también que un 79,7% de los chilenos cree que ha habido un aprovechamiento de la imagen de los 33 mineros por parte de los medios de comunicación.
Lo cierto es que ni los 33 mineros ni tampoco los chilenos volverán a ser iguales a antes de la odisea, como expresó el presidente Sebastián Piñera.
“Ni los mineros van a ser los mismos cuando salgan de las entrañas de la tierra a como eran cuando quedaron atrapados, ni Chile tampoco va a ser el mismo”, aseveró el mandatario.
“Los chilenos que los vamos a acoger tampoco vamos a ser los mismos. Hemos aprendido una lección dura y difícil: que enfrentando la adversidad con unidad, fe, voluntad, coraje y ayuda de Dios somos capaces de hacer grandes cosas”, subrayó.
Para los analistas políticos, la historia de los 33 mineros se convertirá en el hecho político más relevante de la presidencia de Sebastián Piñera, marcada por este suceso de final hasta hoy feliz.
Antes de esta odisea, el gobierno de Piñera estaba marcado por la tragedia ocasionada por el terremoto y maremoto del 27 de febrero que dejó más de medio millar de muertos y desaparecidos y millonarios daños materiales.
(Fuente: abc.com.py)