El Cairo.- La cifra de muertos en la actual ola de protestas antigubernamentales que sacude a Egipto aumentó a 18 después de que se hablase de 13 fallecidos en la ciudad de Suez y 5 en la de El Cairo, según informes.Por otra parte, un portavoz del parlamento egipcio Fathi Sorour aseguró que el país "está en buenas manos, en las manos del presidente Hosni Mubarak".
Sorour aseguró que el Parlamento, donde el partido de Mubarak tiene una amplia mayoría, se reunirá el domingo para tratar el asunto.
Pueblo no respeta toque de queda
Decenas de miles de personas continúan en las calles de las principales de Egipto desafiando el toque de queda impuesto por las autoridades del país.
Las principales concentraciones se produjeron en localidades como Suez, Alejandría y El Cairo, ciudad en la que un grupo de manifestantes prendió fuego a la oficina central del Partido Nacional Democrático del presidente Hosni Mubarak.
Un corresponsal de la BBC en Cairo dijo que las escenas de anarquía habían dejado a la capital virtualmente irreconocible.
En la noche del viernes, el presidente Mubarak se dirigió por primera vez a la nación desde el inicio de la ola de protestas para defender el papel de las fuerzas de seguridad y anunció que cambiará el gobierno pero se mantendrá en el poder.
El gobierno estadounidense advirtió que podría poner en evaluación la ayuda militar que otorga a Egipto teniendo en cuenta la presente situación.
Mubarak pide a gobierno que renuncie
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, pidió este viernes al gobierno de su país que renuncie en medio de la oleada de protestas en las que han muerto al menos 18 personas.
En un discurso televisado que supone su primera aparición pública desde que comenzaron las protestas, Mubarak defendió el derecho de la población a expresarse libremente siempre que respeten la Constitución y que no pongan en riesgo la seguridad en el país.
"Como presidente de este país y con el poder que me da la constitución les aseguro que estoy trabajando por la gente y dándoles libertad de expresión siempre que se respete la ley. Pero hay una línea fina entre la libertad y el caos", afirmó.(Fuente: BBC Mundo)
