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"Buda nunca dijo que era dios. Krishna nunca dijo que él era dios. Confucio nunca dijo que él era Dios. Mahoma nunca dijo que él era Dios. Ningún otro fundador religioso importante ha hecho esta afirmación. Jesús es el único," dijo Driscoll, pastor de la Iglesia Mars Hill en Seattle, Washington, a una multitud de más de 17.500 que se reunieron en el estadio del campo de fútbol de Qwest en Seattle.
"Si es falso, entonces Jesús es el mentiroso más detestable en la historia del mundo," dijo Driscoll, conocido por su pasión, teología fuerte, así como un lenguaje fuerte. "Pero si él dice la verdad, entonces ¡él es Dios! ¡Jesús es el Señor!"
A lo largo de su vida, dijo el pastor de megaiglesia de Seattle, Jesús dijo que él era Dios, pero la gente tenía dificultades para creer en él, incluyendo a sus discípulos. Pero la resurrección de Jesús era su "reivindicación".
"La resurrección de Jesucristo demuestra que todo lo que ha dicho es absolutamente incontrovertible, y completamente cierto", declaró Driscoll, quien vestía un traje en lugar de su habitual camisa de franela y conjunto de pantalones vaqueros.
Jesús fue arrestado, golpeado, despojado de todo hasta casi quedar desnudo, y azotado hasta el punto en que su "carne fue arrancada de su cuerpo." Él tenía clavos en sus manos y pies. Él murió en la cruz, entonces hubo una lanza en su tórax para que el saco de su corazón fuera perforado y el agua y la sangre fluyeran, relató Driscoll. Luego fue envuelto en más de 100 libras de ropa de entierro y especias, colocado en una tumba fría de roca, había una piedra gigante situada delante de la tumba, y un soldado hacía guardia afuera.
"¡Jesús estaba muerto! Y tres días más tarde ¡estaba vivo! exclamó Driscoll. "Jesucristo resucitó de entre los muertos y la historia nunca ha sido la misma."
"Un grupo de discípulos cobardes se perdieron el miedo, dispuestos a morir. Ya no temían incluso a la muerte, porque sabían que al igual que Jesús, se levantaría de la muerte por pertenecer a él", dijo el pastor.
Durante su sermón de Pascua de 30 minutos, Driscoll, quien gritaba todo el tiempo hasta el punto de que su voz termino ronca, dejó en claro que Jesucristo es el único camino de salvación.
"Jesús es exclusivo", declaró el pastor de Mars Hill predicando con toda claridad. Reconoció que tal afirmación no es popular en Seattle, pero dijo que no puede mentir.
"Yo estoy delante de él y doy cuenta de toda palabra que hablo y tengo que decir la verdad," dijo Driscoll. "No hay salvación, no hay perdón de los pecados, no hay vida eterna, no hay reconciliación con Dios fuera de la fe en Jesucristo."
Pero no sólo es exclusivo de Jesús, en que él es el único camino de salvación, pero está incluido en el sentido de que todo el mundo está invitado a venir a él, agregó Driscoll.
"No importa los pecados que usted ha cometido, Jesús te invita. No importa de qué raza eres, Jesús te invita", dijo el pastor. "Ya sea que hayas sido ateo, agnóstico o ignorante, Jesús te invita."
"La puerta está abierta, es exclusiva. Hay una puerta, su nombre es Jesucristo. Pero es inclusiva, todo el mundo es bienvenido a pasar por esa puerta. Todas las razas, todos los idiomas, todas las naciones, todas las lenguas, todas las tribus, todas las personas, de todas las épocas, desde todos los lugares !son todos bienvenidos a la fe en Jesucristo!"
Terminando su sermón, Driscoll habló emocionalmente acerca del glorioso, generoso y gratuito amor de Jesús. Preguntó a los miles de oyentes en el estadio de fútbol si se opondrían a la gracia de Dios o rechazarían el amor de Jesús y dejarían el Qwest Field a un no cristiano.
"Es un infierno, la gente va allí y permanece para siempre y sólo Jesús salva del pecado," dijo Driscoll en un tono más suave. "Sólo Jesús salva de la muerte. Sólo Jesús salva del infierno."
"Amigos, sólo me siento obligado a preguntarles, ¿tienes un mejor plan? ¿Tiene usted una solución mejor? ¿Tiene usted una esperanza mayor que Jesucristo? Porque no hay ninguno. No hay otro."
Más de 650 personas que asistieron al servicio de Pascua de Mars Hill en el campo de Qwest fueron al frente después del sermón y fueron bautizados en las cuencas llenas de agua cerca del escenario.
(Fuente: Christian Post)