Madrid.- El periodista Francesc Buxeda acaba de publicar un libro que retrata al sacerdote Manel Pousa, "Pare Manel", por el trabajo para los marginados que le ha hecho popular y también por su sacerdocio heterodoxo.
El libro de la Editorial Angle explica cómo ha crecido la fuerza y la popularidad de la fundación que lleva su nombre, gracias al apoyo de artistas, entre los cuales están Joan Manuel Serrat, Pepe Rubianes, Tortell Poltrona, Sergi López, Miguel Ríos, Joan-Lluís Bozzo y Tricicle, el ex futbolista Bakero, y su amigo de infancia Carles Flavià, showman y ex sacerdote.
Con muchos de ellos ha organizado ya 14 espectáculos benéficos, siempre con el nombre ´Guanya´t el cel amb el Pare Manel´, y así subsiste en buena parte la fundación creada en 2006 para agrupar todo su trabajo social, por el que ha obtenido la Creu de Sant Jordi de la Generalitat y la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona.
Manel Pousa (1945) tiene su parroquia en el barrio barcelonés de la Trinitat, donde ha convertido la rectoría en casa de acogida para reinsertar a ex presos; visita cárceles catalanas; ayuda a niños de barrios conflictivos de Barcelona y a sus familias; y recauda fondos privados y públicos para su fundación, cometido que ejerce "como un comercial nato y un seductor", explica Buxeda.
En declaraciones a Europa Press, el autor ha explicado que la vocación religiosa de Pousa desde muy joven le sirvió para vehicular su vocación de ayuda, aún más precoz y fuerte que su fe.
Buxeda constata que el libro también "hace evidente la realidad de muchos sacerdotes que sienten que la Iglesia les coarta la vida, y Pousa tiene una manera diferente de vivir la suya".
Celibato opcional
El libro refleja la vida heterodoxa con que lleva su sacerdocio, ya que revela que tiene como "amiga especial" desde hace un decenio a una mujer con la que no convive ni tiene relaciones sexuales.
Pousa apoya sólo el celibato voluntario, defiende el sacerdocio femenino, y ha accedido a presidir en la cárcel ceremonias religiosas paralelas a la unión civil de los presos homosexuales que se lo han pedido, incluida la unión de una funcionaria de Wad-Ras con una presa.
Pese a todo, asegura que no pretende fomentar su estilo de vida dentro de la Iglesia, sino que se limita a estar en ella a su manera, ya que "al fin y al cabo, el contacto con la gente le ha hecho más seguidor de Cristo que católico", según Buxeda.
Paga un aborto pero se declara antiabortista
El sacerdote se proclama además antiabortista, pero admite haber pagado el aborto a una joven para evitar una muerte por desangramiento de la que ya había sido testigo durante su trabajo en los barrios marginales, y eso le costó una "advertencia" del arzobispo Lluís Martínez Sistach tras explicarlo en una entrevista publicada en la prensa.
(Fuente: Europapress)