Tripoli.- El líder libio, Muamar Khadafi, ofreció a los rebeldes que exigen su dimisión e y que controlan varias zonas del país reunirse en el Congreso General del Pueblo —órgano legislativo libio— con la intención de presentar su dimisión con ciertas garantías, informó la cadena de televisión qatarí Al Yazira.
De acuerdo con la televisora el órgano de representación de los rebeldes no aceptó la propuesta planteada por el mandatario libio para estudiar su renuncia, en cambio le han dado tres días para abandonar el país.
El encargado de reunirse con los rebeldes para transmitirles la intención de Khadafi fue el ex primer ministro Jadalá Azzouz Talhi, quien transmitió la propuesta para lograr una acuerdo que ponga fin a la crisis política en el país magrebí.
Las intenciones transmitidas por Khadafi a los rebeldes supondría ceder el poder a un comité formado por el Congreso, además de garantizar que ni el dictador libio ni su familia serán llevados a juicio.
La cadena de televisión explicó que fuentes del consejo interino de los rebeldes rechazaron el ofrecimiento de Khadafi, porque le permitiría conseguir una salida “honorable” y porque creen que ofenderían a las víctimas de su violencia.
En tanto, Saadi Khadafi, hijo del líder libio, culpó a su hermano Seif el Islam por cumplir las recomendaciones de su padre para evitar algunas de las razones que impulsaron la actual rebelión. En una entrevista con el canal Al Arabiya, Saadi manifestó además que si su padre es reemplazado como líder, Libia se arriesga a una guerra civil porque nadie podrá controlar el país.
El hijo de Khadafi señaló que la situación en Libia “es muy peligrosa” porque “las tribus están bien armadas” y tanto el Ejército como la rebelión del oriente del país cuentan también con armamento. “Si algo le pasa al líder, ¿quién se quedará al control? Podría comenzar una guerra civil”, añadió.
Aumenta ataque de fuerzas libias
La aviación y los soldados de Muamar Khadafi lograron frenar el avance rebelde. Los dirigentes políticos de la insurgencia temen que el dictador ordene el bombardeo de instalaciones petroleras de un país que exportaba 1.7 millones de barriles de crudo al día y que vive sumido en el caos.
Los cazas libios bombardearon por segunda vez las inmediaciones del puerto petrolífero de Ras Lanuf, en el este del país. “Había un avión, disparó dos cohetes y no hubo muertos”, indicó Mojtar Dobrug, un combatiente rebelde testigo del bombardeo.
Mientras se intensifican los ataques aéreos, los buques petroleros apenas pueden atracar para cargar sus depósitos; los alimentos llegan a Libia oriental por la frontera con Egipto, pero cierta escasez de productos es notoria porque el país paralizó casi toda actividad económica; los bancos apenas funcionan y las colas para extraer dinero son cotidianas. Aunque la zona dominada por los insurrectos y el Consejo Nacional cuenta con tres grandes puertos (Bengasi, Tobruk y Darna), los cargueros no arriban a sus muelles. Las autoridades en Bengasi claman por un reconocimiento inmediato y formal de su legitimidad.
(Fuente: Diario La Razón)