Es más

Jesús sabía quién era Judas y cómo obraría, pero era necesario que tuviera la ocasión de cambiar su destino, (más no lo hizo) por lo tanto tuvo la oportunidad de pertenecer al círculo íntimo de Jesús, caminar tan cerca de EL como el que más y aún así (por elección propia) se perdió. Amén de que en Judas se cumplió la profecía de David sobre uno que nació para perderse (Salmos 41:9 / Salmos 55:12-14 / Juan 17:12 / Hechos 1:16) tuvo sin discusión chance de conocer La Verdad.
Aún hoy, Dios en su infinita sapiencia y misericordia sigue obrando igual, dándole la oportunidad de escuchar el mensaje y de elegir la salvación a toda alma que cruza por esta vida, sin importar raza, color de piel, nacionalidad, credo o condición social, pues EL no discrimina, más bien, EL quiere que nadie se pierda (ni siquiera aquellos que sabe, nunca lo recibirán) sino que todos procedamos al arrepentimiento. Todo aquel que rechaza a Jesucristo como Señor y salvador personal, correrá la misma suerte fatídica de Judas, quien habiendo andado tan cerca de la luz, caminó por siempre en la oscuridad.
Pero tú querido amigo, si todavía no te has decidido por Cristo, aún estás a tiempo, acércate a EL y echa mano de la antorcha de la salvación. Así nunca jamás andarás en oscuridad.
Dios te bendiga